Existen el sector de los transportes por carretera todo tipo de empresas, grandes y pequeñas, y con frecuencia ignoramos cómo elegir bien. Solo sabemos que no queremos sorpresas con nuestra carga o envío, que hemos preparado meticulosamente, incluso con mimo si se trata de nuestro producto estrella.
¿Qué podemos exigirle a una empresa de transportes?
En primer lugar, aunque resulte obvio, que disponga de las licencias pertinentes: para territorio nacional, las llamadas Autorizaciones de Transporte Público de Mercancías, ya sea una MDL para vehículos ligeros o una MDP para vehículos pesados. Para territorio internacional, las correspondientes autorizaciones bilaterales, multilaterales o licencias comunitarias.
Según lo que queramos transportar (mercancías perecederas, peligrosas, frágiles o costosas, etc.), deberemos asegurarnos de que posee también licencia para ello, así como los correspondientes tipos de vehículo en su flota, como camiones frigoríficos, camiones cisterna, etc. Estos vehículos deben estar renovados periódicamente.
Por otra parte, es interesante en cuanto a los costes y a la huella de carbono, que la empresa disponga de un servicio de grupaje, que agrupa en un solo envío pequeños paquetes de distintas empresas, que así comparten el transporte, con el consiguiente ahorro.
Asimismo, tendremos que informarnos de si cuenta con los medios apropiados para el almacenaje y manutención de nuestra carga: cámaras frigoríficas, tolvas, cisternas o estanterías (para picking, para racks, para palets, con raíles, etc); así como para la carga, descarga y movimientos dentro del almacén. Esto incluye la seguridad de la mercancía en almacén y zonas de aparcamiento de los camiones.
En cuanto a las tarifas, es preferible que cuente con distintas modalidades, según el transporte sea nacional o internacional, y que el presupuesto que nos den sea detallado, transparente y cerrado. Transportar una mercancía es un trabajo especializado y debe tener un tarifario acorde.
Tendremos que comprobar cuáles son los tiempos de entrega de la empresa, y si cuenta con un servicio urgente por si lo podemos necesitar en algún momento, según las necesidades de nuestro destinatario.
Es muy importante que la empresa cuente con un sistema de comunicación y rastreo de la mercancía, como por ejemplo, la geolocalización por satélite (o GPS), que transmite la ubicación de los camiones, la temperatura de la carga o la apertura de puertas.
La empresa debe ofrecer también las correspondientes garantías y seguros contra los posibles daños o pérdidas de la mercancía (cobertura básica, ampliada o a todo riesgo), así como un seguro de responsabilidad civil a terceros por los desperfectos que la mercancía pudiera ocasionar durante el trayecto (en caso de transporte nacional, según la LOTT o Ley de Ordenación del Transporte Terrestre y la LCTTM o Ley del contrato de Transporte Terrestre de Mercancías; y en caso de transporte internacional, según el CMR o Contrato de Transporte Internacional de Mercancías por Carretera).
Una empresa con solvencia deberá poseer además los correspondientes certificados de calidad logística UNE (españoles) o ISO (internacionales). Por último, es interesante basarse en la reputación de la empresa y en sus programas de responsabilidad social corporativa.